El misterio del pirata Levasseur
Existen leyendas sobre los piratas que se ganaban la vida en la zona occidental del océano Índico. A partir de los años veinte del siglo XVIII en estos lugares operaba el famoso filibustero Olivier Levasseur apodado La Buse, en francés el “buitre”.
En la primavera de 1721 Lavasseur con su banda navegaron en la fragata Cassandra, un gran barco portugués cargado de ricos tesoros. Este barco tenía muchos cañones, pero debido a una tormenta la tripulación se deshizo de ellos para que el barco no se hundiera. Los piratas capturaron el barco sin necesidad de disparar una sola bala.
Los piratas tuvieron una suerte padre – Virgem Do Cabo resultó ser un verdadero tesoro. A bordo del barco portugués, Levasseur encontró lingotes de oro, plata, diamantes, joyas, objetos religiosos y otras piedras preciosas y obras de arte. Levasseur repartió el botín equitativamente entre la tripulación. Se expandió el rumor de que los tesoros, adquiridos por Levasseur, eran el botín más grande en la historia del arte corsario.
El Buitre eligió la isla de Sainte-Marie como su lugar de refugio y almacenamiento de las riquezas saqueadas. Desde aquí su barco iba regularmente de una nueva “caza.” En 1730 durante una batalla feroz con la fragata militar francesa su barco fue capturado. Al pirata Buitre lo aherrojaron y llevaron a la isla de Reunion, al departamento ultramar francés, ubicado a 700 kilómetros de Madagascar.
El pirata fue juzgado y condenado a pena de muerte en la horca. Según la leyenda, antes de la acción de ejecución, Levasseur lanzó a la multitud un trozo de papel con un criptograma, mientras que exclamó: “ Mis tesoros para quien lo comprenda”.
In the photo:el criptograma de Levasseur.
Los detalles de esta historia son desconocidos, pero la búsqueda de las riquezas innumerables de Levasseur nunca se paraba desde entonces. Nadie ha sido capaz de encontrar el tesoro del pirata y descifrar el criptograma. Corrían rumores que el tesoro dorado está escondido en la isla de Sainte-Marie. Otros buscadores de oro consideraban que el potosí hay que buscarlo en el archipiélago Mahé en Seychelles. En esta hipótesis en la creía con diligencia un oficial retirado inglés Reginald Cruise-Wilkins, dictaminado en 1941, residente en Seychelles.
El inglés invirtió en la búsqueda de oro del pirata toda su fortuna. Él decidió examinar la costa Bel Ombre y contrató a una decena de los obreros para realizar las excavaciones. Los trabajadores lograron detectar debajo de una gruesa capa de arena costera pasos de la escalera cortados en la roca. Este hallazgo animó a Cruise-Wilkins. Él sugirió que los pasos llevan a una cueva subterránea. Sus trabajadores trasladaron 700 toneladas del terreno, cavaron las trincheras en todo el litoral del archipiélago, pero sin ningún resultado.
Cruise-Wilkins no desconfía. Fascinado por la idea de encontrar la riqueza pirata, continuaba obstinadamente buscando este potosí. El inglés logró encontrar en la arena de la isla Mahé un par de estatuillas antiguas de mármol, un cachirulo del siglo XVII, unos arcabuces, espadas y monedas doradas francesas del siglo XVIII. Cruise-Wilkins hasta el final esperaba encontrar los tesoros del Buitre, pero tuvo que parar las excavaciones. Se terminaron sus ahorros personales y no se encontró a los patrocinadores, dispuestos a invertir en esta operación para localizar el oro “mítico”. Para encontrar las riquezas piratas el oficial británico invirtió 20 años de su vida y 98 mil de dólares.
Los tesoros legendarios de Levasseur no eran encontrados nunca, pero Reginald Cruise-Wilkins,gracias a su perseverancia y entusiasmo, logró convertirse en una atracción viva de Seychelles.