
El metal de dioses y reyes: mitos y leyendas sobre el oro
El oro siempre ha atraído la atención de las personas. En todas las épocas, el ser humano ha buscado acumular el noble metal amarillo: símbolo de riqueza y prosperidad.
Nuestro primer artículo está dedicado a las leyendas más antiguas sobre el oro.
Las manzanas doradas de Hércules
Famoso por sus hazañas, Hércules era hijo del dios Zeus en la mitología de la antigua Grecia. Un día, tuvo que conseguir tres manzanas doradas de un árbol mágico que daba frutos preciados. Este manzano de oro crecía en el maravilloso jardín del poderoso gigante Atlas. Hércules engañó al gigante Atlas y obtuvo las manzanas doradas, que luego ofreció en el altar de Atenea Palas, la diosa de la guerra y la estrategia militar.
El toque de oro del rey Midas
Uno de los mitos más famosos asociados al oro es la leyenda del rey Midas, célebre por sus incalculables riquezas. Midas mostró hospitalidad a Sileno, compañero de Dionisio. En agradecimiento, Dionisio le ofreció a Midas cualquier recompensa que deseara. Así, Midas obtuvo el «toque de oro»: todo lo que tocaba se convertía en oro puro, incluida la comida y la bebida.
El codicioso Midas se dio cuenta de su error. Temeroso de morir de hambre, suplicó a Dionisio por ayuda. Para deshacerse de su toque, Dionisio le indicó que se bañara en la fuente del río Pactolo. La leyenda cuenta que, desde entonces, la fuente se volvió aurífera.
En la imagen: el rey Midas bañándose en la fuente del río Pactolo, obra del pintor Nicolas Poussin, 1627.
La estatua dorada de Semíramis
En el siglo IX a. C., la reina asiria Semíramis mandó hacer una estatua de la antigua diosa griega Rea hecha de oro puro. El monumento era gigantesco. La madre de los dioses del Olimpo estaba sentada majestuosamente en un trono, rodeada de sumisos leones dorados.
Según cronistas antiguos, la escultura dorada pesaba 250 toneladas. Sin embargo, no se han encontrado rastros de su existencia.
La estatua de oro del dios Ra
La deidad más venerada del antiguo Egipto era el dios supremo del sol, Ra, creador del mundo y de la humanidad. Según una antigua leyenda, los habitantes del país erigieron en su honor una estatua dorada de 60 metros de altura. La imponente cabellera del poderoso Ra era de oro puro.
Según las leyendas, el ave Fénix era el alma del dios Ra. Renacida de las cenizas, recibía cada amanecer posada en la cúspide dorada del monumento. No se sabe si la «Estatua de oro del dios Ra» existió realmente.
La leyenda de Cusco y el bastón de oro de los incas
Cusco es la ciudad peruana más antigua. Según la leyenda, su fundador fue Manco Cápac, el primer emperador inca. Las creencias de los antiguos estaban asociadas con los fenómenos naturales y los cuerpos celestes. Se cuenta que el Padre Sol y la Madre Luna enviaron a sus hijos a la Tierra. Al hijo le entregaron un bastón de oro y se le encargó fundar una ciudad en el lugar donde el bastón mágico se hundiera en la tierra.
Manco logró clavar el bastón de oro en la tierra del fértil valle, cerca del cerro Huanacaure (sureste de Perú). En este lugar, los Hijos del Sol comenzaron a construir una gran ciudad, que posteriormente se convertiría en la capital del imperio inca más rico. El nombre Cusco, traducido del quechua, significa Ombligo del Mundo o Centro del Universo.
En la foto: estatua de oro del primer emperador inca, Manco Cápac, en la ciudad de Cusco, Perú.
En todos los tiempos, el oro se ha asociado con la fuerza, la grandeza y la inmortalidad. Los mitos sobre los toques de oro de los dioses son solo una parte del legado creativo que este metal precioso ha inspirado en la humanidad. Sin embargo, no solo en las leyendas se le atribuía al oro un significado divino. Lea sobre la enorme importancia del oro en la cultura de la antigua Grecia en el artículo «Joyas de oro de la Hélade».