Cuenta de oro: un ejemplo de habilidades perdidas

Cuenta de oro: un ejemplo de habilidades perdidas

13.04.2023

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Un artefacto diminuto pero muy curioso ha sido descubierto por arqueólogos israelíes en Jerusalén. La suerte le sonrió a una voluntaria de 18 años que estaba tamizando la tierra en un sitio de excavación y notó algo que brillaba en el tamiz. Resultó ser una cuenta de unos 1600 años de antigüedad, hecha de oro puro.

 

En la foto: una joven que encontró la cuenta muestra un hallazgo valioso.

 

A primera vista, no parece haber nada destacable en la cuenta. Pero si se observa más de cerca, sorprende el increíble talento del antiguo joyero.

El Dr. Amir Golani, de la Autoridad de Antigüedades de Israel, explica: «El aspecto más interesante de la cuenta es su singular y complejo método de producción. Se requiere un buen conocimiento de los materiales y sus propiedades, así como el control del calor. Solo un artesano profesional podría fabricar una cuenta así, lo cual es otra de las razones por las que este hallazgo tiene un gran valor».

 

En la foto: se requería una habilidad extraordinaria para engarzar las diminutas bolas doradas en una estructura que se asemejaba a una flor.

 

Probablemente formaba parte de una joya más grande, como un collar o una pulsera. Una pieza así solo podía pertenecer a una persona muy adinerada. Así lo indica el hecho de que el hallazgo se produjera en las ruinas de un lujoso edificio romano. A partir de la exquisita arquitectura y el piso de mosaico, se puede concluir que aquí vivían personas muy ricas.

 

En la foto: los restos de la estructura en la que se encontró la cuenta.

 

Los objetos de oro rara vez se encuentran en esta región, y una pieza de tal complejidad es una gran rareza. Todas las cuentas similares encontradas aquí antes eran de plata. Según el Dr. Golani, durante su carrera como arqueólogo, solo ha encontrado joyas hechas de oro una o dos veces, y cuando esto sucede, siempre es un gran éxito.

Lo más probable es que la cuenta de oro llegara a Jerusalén desde Mesopotamia; fue allí donde en aquellos tiempos antiguos poseían una tecnología única para hacer joyas. Incluso hoy en día, con el uso de herramientas modernas, crear algo como esto no es tan fácil.

La cuenta de Jerusalén nos hace pensar en todo lo que nuestros antepasados más lejanos sabían y podían hacer. Por último, he aquí una cita de Eli Escusido, director de la Autoridad de Antigüedades de Israel: «Un examen exhaustivo de este objeto, nos colma de un profundo sentido de admiración por la habilidad técnica y la capacidad de aquellos que nos precedieron hace muchos siglos».

 

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