El oro de Gengis Kan: ¿mito o realidad?
Desde hace siglos, historiadores y buscadores de tesoros se empeñan en encontrar la tumba del conquistador más famoso de la historia: Gengis Kan. Se sabe que el Gran Kan creó un enorme y poderoso imperio que abarcó gran parte del mundo. Durante su reinado, las riquezas de la Horda Dorada ascendieron al menos a 500 toneladas de oro y 3000 toneladas de plata.
Dicen que antes de su última campaña, el gran conquistador ordenó fundir las joyas en lingotes y esconderlos en siete pozos. Solo quedaron intactos una pepita de oro de 78 kilos, sillas de montar, una cota de malla, un casco, una armadura y un trono de metal precioso que pertenecían a Gengis Kan.
Los guerreros que escondieron los tesoros del caudillo fueron ejecutados, al igual que sus verdugos. Supuestamente, esto se hizo para evitar la difusión de información sobre el tesoro.
Dato interesante: la revista Time realizó un estudio para elaborar una lista de las diez personas más influyentes y ricas de todos los tiempos. Los autores compararon la situación financiera de personalidades famosas, teniendo en cuenta la época en que vivieron. Resultó que Bill Gates, considerado uno de los hombres más ricos de la actualidad, apenas superó a Gengis Kan.
No se sabe si es un mito o no. Para averiguarlo, los historiadores llevan cientos de años recopilando información sobre la posible ubicación de los «pozos de Gengis Kan». Como resultado, se ha comprobado que cuatro de ellos se encuentran en el actual Kazajistán; y otros tres, en el territorio de Rusia.
Al mismo tiempo, en los trabajos del historiador alemán Gerhard Miller se puede encontrar información sobre tres puntos fortificados poco comunes en Transbaikalia. Los pequeños pueblos de la zona estaban rodeados por altos muros de piedra destruidos durante las campañas del Gran Kan. Se supone que fue en estos lugares donde se fundió el oro.
La búsqueda del tesoro comenzó 100-200 años después de la muerte de Gengis Kan. Los misioneros europeos comenzaron a llegar a China, Mongolia y Siberia. El tesoro y la tumba del Kan fueron buscados por toda la Horda Dorada: desde el mar Amarillo hasta el Volga, desde Irán hasta el curso medio del río Lena en Siberia. Sin embargo, hasta ahora solo se han podido encontrar armas y monedas que Gengis Kan ordenó acuñar en oro durante los últimos años de su reinado. Una de estas monedas pesa algo más de tres gramos y se valora en unos 3 mil dólares.
Como resultado de búsquedas infructuosas, los investigadores empezaron a dudar de la existencia del tesoro del Gran Kan. Muchos científicos han encontrado pruebas de las que se puede concluir que todo esto no es más que una ficción.
También son muchas las leyendas sobre la muerte del gran conquistador. Según el testamento del caudillo, nadie debía saber el lugar de su entierro. Se sabe por los anales que el cuerpo de Gengis Kan fue colocado en un ataúd dorado.
En 2001, científicos japoneses descubrieron los cimientos de una estructura que podría haber sido el mausoleo del Gran Kan. En la zona se encontraron un altar e incensarios chinos, lo que indicaba que cerca debía de haber una tumba. Pero la búsqueda nuevamente no dio resultado.
Los arqueólogos tuvieron mucha más suerte con otro hallazgo insólito de aquella época. Se trata de Altyn Adam, que en kazajo significa «hombre de oro». ¡Y eso es difícil de discutir! Solo en su tocado hay 150 placas de oro. Más datos interesantes sobre este descubrimiento se pueden encontrar en este artículo:
Altyn Adam: 3 hechos sobre el «Hombre de oro»