«Eureka»: cómo hizo Arquímedes su famoso descubrimiento y qué tiene que ver el oro con él
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«¡Eureka!», exclamó Arquímedes, saliendo rápidamente de la bañera del baño público y corriendo calle abajo. Esta palabra, que se ha hecho común, se traduce del griego antiguo como «¡Lo he descubierto!». ¿Por qué el gran científico heleno hizo esto? ¿Y qué papel desempeñó el oro en esta historia? Averigüémoslo.
En la imagen: Arquímedes dio al mundo una serie de descubrimientos científicos y, según la leyenda, incluso una exclamación de júbilo para señalar cualquier gran entendimiento.
La historia de la corona de oro
El tratado «De architectura» del erudito Vitruvio cuenta la historia de cómo el rey siracusano Hierón II sospechó que su joyero había cometido un fraude. Estaba seguro de que había robado parte del oro entregado y había fabricado la corona con una aleación menos valiosa. Pero era difícil comprobar estas sospechas: aún no existían los métodos de análisis químico y muchos metales son similares en peso. El rey encargó a Arquímedes que desenmascarara al joyero.
En la foto: moneda de cobre con el perfil de Hierón II, soberano de Siracusa y mecenas de Arquímedes.
El científico se puso manos a la obra para resolver el problema. Rápidamente determinó que el oro y la plata tienen densidad diferente: el primero es casi dos veces más denso. Pero, para poder confiar en este indicador, es necesario conocer no solo el peso, sino también el volumen de la corona. En aquella época no existían instrumentos para medirlo. Además, la corona tenía una forma muy compleja. El científico pensó durante días y noches, pero no encontraba la solución.
Un día, mientras se encontraba en un baño público, Arquímedes se metió en la bañera y notó que el agua, bajo el peso de su cuerpo, se derramó por el suelo. Fue en ese momento cuando el científico tuvo una iluminación. Arquímedes pronunció la famosa frase y salió corriendo a la calle: quería comprobar inmediatamente su descubrimiento.
En la imagen: un cuerpo de cualquier forma compleja sumergido en un líquido desplaza un volumen de líquido (ΔV) igual al volumen de este cuerpo.
El método que descubrió era ingenioso y sencillo. Arquímedes sumergió la corona en un recipiente con agua y midió el volumen del líquido desplazado, y luego hizo lo mismo con un lingote de oro del mismo peso. La diferencia resultó ser significativa, y el joyero sin escrúpulos fue desenmascarado.
Conclusión
De este modo, el oro contribuyó a un nuevo e importante descubrimiento científico. Por cierto, en la historia se pueden encontrar un gran número de casos igual de interesantes relacionados con este metal precioso, lo que confirma una vez más el gran valor que el oro representa para la humanidad.
En la imagen: el atónito rey siracusano Hierón II (a la derecha) escucha las explicaciones del padre de la hidrostática Arquímedes (a la izquierda), (fragmento de un grabado en linóleo de R. Yakhnin).
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