La Madonna de Milán
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El Duomo, símbolo de Milán
La catedral gótica de mármol blanco se eleva sobre el centro histórico de Milán.
La Catedral de la Natividad de la Virgen María, una de las más grandes de Europa, se considera una verdadera obra maestra. La construcción comenzó en 1386 y duró varios siglos. Durante ese tiempo, arquitectos y expertos en gótica se fueron sucediendo, y cada uno trató de añadir algo especial al edificio que destaca sobre la plaza central.
Como resultado, la catedral ostenta el récord en el número de altas agujas y esculturas de mármol, torres talladas y columnas monumentales.
En la foto: muchos escritores famosos, como Oscar Wilde y Mark Twain, visitaron Milán y luego mencionaron la gran catedral en sus obras.
La Madonna de oro
En 1769 la catedral se adornó con una alta aguja coronada por una estatua de la Virgen de bronce dorado. La aguja tiene 108 metros de altura; y la escultura, 4,16 metros.
Los italianos aprecian tanto a la patrona de Milán (La Madonnina) que incluso emitieron un decreto por el que ningún edificio de la ciudad podía ocultar a la Santa Virgen.
La patrona de los milaneses es el símbolo religioso y cívico más importante. En los momentos en que la bandera italiana ondea al lado de la Madonna, este fantástico espectáculo infunde a los habitantes valor y orgullo, inculcando en sus corazones una voluntad aún mayor de libertad y victoria.
En la foto: La Madonna encarna el corazón y el alma de la ciudad.
La grandeza de la Madonna
33 placas de cobre cubren la sagrada estatua. En la última reconstrucción de 2012, los artesanos utilizaron 6750 láminas de pan de oro. El peso de las placas es de 399,2 kilogramos, y el de la estructura de acero de soporte es de 584,8 kilogramos. Todo esto demuestra la monumentalidad de la gran estructura.
En la foto: la mundialmente famosa Madonna es tema de canciones. «O mia bella Madonnina» del compositor Giovanni D'Anzi se convirtió en el himno no oficial de la ciudad.
La tecnología de dorado de la superficie de la estatua con pan de oro es muy compleja y requiere mucho tiempo. Sin embargo, todos los esfuerzos de los arquitectos y restauradores hace tiempo que han dado sus frutos. La gente de todo el mundo acude a Milán para contemplar la increíble obra y se queda fascinada ante la Virgen que brilla bajo la luz del sol.
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