Los tesoros dorados de Monte-Albán
Las civilizaciones se van, pero sus tesoros se quedan. Conozca sobre un gran potosí dorado, descubierto por los científicos en México.
Historial:
Monte Albán es un gran asentamiento indio, que existía en el sureste de México desde el año 500 A.C. La ciudad antigua se situaba en la cima de una cordillera a la altura de 1940 metros sobre el nivel del mar. Monte-Albán era un centro monumental político y económico de América Central, pero se despobló después del año 750 D.C.
En la foto: en actualidad la ciudad es reconocida como un territorio reservado arqueológico de gran valor histórico y cultural.
En 1932 el arqueólogo mexicano Alfonso Caso llevó a cabo las excavaciones en las colinas de Monte-Albán e hizo una serie de importantes descubrimientos científicos. Los indios antiguos, que poblaban la ciudad, tenían una cultura muy desarrollada – trabajaban cristal de roca, extraían oro con éxito y hacían de él vajilla, utensilios de iglesia y hermosos artículos preciosos.
En la foto: las ruinas de palacios, templos y grandes escaleras de piedra hasta ahora se han conservado en las laderas de la colina.
Los indios antiguos respetaban la ultratumba más que la de la tierra. Para los gobernantes y sacerdotes se construían grandes túmulos de piedra.
Durante las excavaciones Alfonso Caso encontró más de 150 tumbas ricas. El hallazgo más valioso fue el tesoro de la célebre tumba con ordinal 7 donde reposaba el mayor depósito de obras de orfebrería. El potosí dorado más rico se encontraba intacto bajo la tierra 1500 años. No había descubrimientos semejantes en América Latina aún.
A los científicos les encantó la maestría de realización de los artículos dorados y los adornos. Cada cosa es una obra de orfebrería.
En la foto: los objetos dorados, hallados en la tumba, están hechos en una técnica suprema.
Los expertos tomaron varios días para sacar todo el oro de la tumba. El arqueólogo Alfonso Caso y sus compañeros encontraron más de 500 productos únicos: magníficas máscaras doradas, collares de grandes gemas y perlas, pendientes dorados y pulseras con adornos en relieve, tabaqueras hechas de hojas bañadas en oro de calabaza, dedales en forma de cabezas de pájaros, numerosos broches y hebillas de oro adornados con ámbar, corales, dientes de jaguar.
En la foto: el peso de los productos dorados superaba los 100 kilos.
Durante las siguientes cinco décadas las excavaciones arqueológicas se realizaban regularmente en Monte-Albán. El trabajo minucioso de los científicos ayudó a conocer mejor la historia y la cultura de una de las primeras civilizaciones de América.
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