¿Qué se esconde tras las puertas de la cámara acorazada más protegida de Estados Unidos?
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El oro no es solo un reluciente metal precioso, sino también un importante activo financiero. Las reservas de este metal, las poseen bancos centrales de todo el mundo. Su objetivo es aumentar la estabilidad económica del Estado.
Los Estados Unidos de América han reunido la mayor reserva de este metal precioso: casi el 70 por ciento de las reservas mundiales de oro y divisas. La mitad de la reserva de oro estadounidense se encuentra en la cámara acorazada de Fort Knox. Si usted ha visto la película de James Bond «Goldfinger», probablemente ya sabe de qué se trata. Según el argumento de la película, el edificio es tomado por delincuentes. Sin embargo, en la vida real es prácticamente imposible acceder a la cámara acorazada sin un permiso especial, incluso si eres James Bond.
El depósito se encuentra en Fort Knox, una base militar del ejército estadounidense en Kentucky. Lo administra el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
La historia de Fort Knox comenzó en 1933. Fue entonces cuando el Presidente estadounidense Franklin Roosevelt, en plena Gran Depresión, promulgó un decreto en el que prohibía la posesión privada de oro en lingotes, monedas o certificados. Y obligó los ciudadanos a vender el metal precioso a la Reserva Federal. Sin embargo, la mayor parte del oro que aseguró el crecimiento de la reserva de oro llegó del extranjero. A partir de ese momento, se planteó la cuestión del almacenamiento seguro del metal precioso, que fue abordada con mucha responsabilidad.
La zona entre las vallas y los muros de hormigón del edificio del depósito revestidos de granito está minada y llena de alambre de espino. En cada una de las cuatro esquinas hay salas de vigilancia. La zona está vigilada con cámaras de vigilancia nocturna de alta resolución y micrófonos.
Las puertas de la cámara acorazada son resistentes al fuego y a la perforación. Pesan unas 18 toneladas y tienen un grosor de 53 centímetros o 21 pulgadas. Se dice que son imposibles de forzar incluso con los explosivos más potentes. Las puertas están equipadas con una cerradura electrónica con temporizador: para abrirlas, los empleados de la cámara acorazada deben marcar simultáneamente partes individuales del código. Nadie sabe el código completo.
Actualmente, en Fort Knox se guardan más de 147 millones de onzas en lingotes de oro, es decir, más de la mitad de la reserva de oro de Estados Unidos.
Dato interesante: en Fort Knox se guardó la mayor cantidad de oro durante la Segunda Guerra Mundial: casi 650 millones de onzas troy.
Además de lingotes, en la cámara acorazada se encuentran diez monedas de veinte dólares Double Eagle de 1933, un céntimo de aluminio de 1974 y doce dólares de oro llamados Sacagawea.
El Gobierno estadounidense protege muy seriamente su propia reserva de oro. Y esto es bastante comprensible. Después de todo, todo el mundo conoce el valor del metal noble y su importancia para la economía de cualquier Estado.
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