Un niño de 12 años encontró un brazalete de oro: el hallazgo resultó ser una rareza

Un niño de 12 años encontró un brazalete de oro: el hallazgo resultó ser una rareza

28.06.2024

 

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Saliendo a dar un paseo rutinario con su perro, Rowan Brannan, de 12 años, y su madre Amanda no esperaban que fuera un día para recordar. Cerca del pueblo de Pagham, en Sussex (Reino Unido), el niño encontró en un campo una tira de metal poco destacable. Pero, a pesar del escepticismo de su madre, el joven «arqueólogo» estaba convencido de que se trataba de un brazalete de oro.

Al volver a casa, Rowan empezó a buscar todo tipo de formas de confirmar el valor de su hallazgo. Tras estudiar los métodos para determinar la autenticidad del oro, el chico se dio cuenta de que el objeto metálico cumplía todos los criterios de la lista de verificación. Sin embargo, ni él ni su madre se dieron cuenta del tesoro que acababa de caer en sus manos.

En la foto: Rowan Brannan, de 12 años, y su madre, Amanda.

 

Poco después, una peluquera visitó a los Brannan y les habló de su afición de pasear con un detector de metales. Rowan aprovechó la ocasión para mostrarle su reciente hallazgo. Intrigada, la joven envió una foto del brazalete al líder de un grupo de personas aficionadas a buscar rarezas. Este le recomendó que se pusiera en contacto con especialistas en este tipo de objetos.

El análisis y la evaluación duraron más de un año. La pericia y el estudio detallado del brazalete fueron realizados por el Museo Británico. El resultado fue asombroso: ¡Rowan había encontrado un brazalete de oro romano del siglo I d.C.!

En la foto: el brazalete de oro, de 8,1 mm de ancho y 71,3 mm de largo, decorado con un intrincado ornamento en cinco bandas paralelas.

 

El brazalete, conocido como armilla, se concedía en el Imperio Romano por servicios valerosos. En aquella época, estas condecoraciones se consideraban prestigiosas y se llevaban con especial orgullo. Los expertos creen que los ejemplares de oro son raros en comparación con las armillas hechas de aleaciones de cobre. Lo más probable es que fueran concedidas a soldados del más alto rango.

Tras el procedimiento de evaluación, a Rowan le dijeron que se trataba de un «hallazgo excepcionalmente raro», sobre todo porque no se había hecho a propósito, sino durante un paseo con el perro. Amanda Brannan dijo que su hijo recogía constantemente todo tipo de objetos del suelo, incluso a pesar de sus prohibiciones. Y esa vez el niño no le hizo caso, ya que estaba convencido de que el brazalete tenía valor.

En la foto: Rowan Brannan y el tesoro que encontró.

 

El asombroso hallazgo de Rowan nos recuerda que se pueden encontrar tesoros en los lugares más inesperados. El brazalete de oro romano no solo abre una ventana al pasado, sino que también inspira a las nuevas generaciones a conocer mejor la historia. Si le interesan casos similares, lea el artículo: Monedas de oro del siglo XIV: ¡hallan uno de los mayores tesoros de la historia de la República Checa!

 

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